Levanta la mano si eres de los que piensas que estás haciendo las cosas bien pero no obtienes resultados. Es desesperante ver que cumples a rajatabla con todo aquello que sobre el papel es "lo correcto", y la báscula no responde de la manera que esperabas. Hace que te replantees si merece la pena o si a pesar de los esfuerzos hay algo que está fallando. Ahora la cuestión es, ¿qué estoy haciendo mal?
Las ansias por conseguir resultados provocan que se lleve todo al extremo. Se abusa de "lo bueno" hasta convertirlo en malo, y "lo malo" lo eliminamos, olvidando que en su justa medida incluso "lo malo" es necesario.
Aprende a distinguir lo bueno de lo malo, y lo malo de lo bueno.
FRECUENCIA DE CONSUMO Y PORCIÓN
En el empeño de comer bien tendemos a etiquetar ciertos alimentos como saludables frente a los que no lo son. Frecuencia de consumo y porción, son dos conceptos que deberíamos asociar a cada alimento.
El aceite de oliva, el aguacate, los frutos secos, las aceitunas o las semillas, son ejemplos de alimentos muy saludables, sin embargo haciendo un consumo excesivo puede descompensar tu dieta. No pretendo demonizar éstos alimentos, sino concienciar de que también los alimentos naturales pueden tener una importante carga calórica que debes
COMER POCO
Todavía hay quién piensa que la solución para adelgazar está en comer poco. Saltarse comidas, reducir la porción a mínimos, restringir un grupo de alimentos, sustituir comida por batidos o apuntarse a dietas cuyo nombre es el del alimento que se repite constantemente, como la dieta de la piña o la de la alcachofa... Son errores que se repiten una y otra vez.
LIGHT
Alimentarse a base de productos light no te garantiza llevar una buena alimentación. Este tipo de productos tienen entorno a un 30% menos de calorías que el original, pero también suman. Abusando de ellos podrías estar consumiendo incluso más calorías que con el original, simplemente porque tu conciencia está tranquila y comes sin control.
ACTIVIDAD INSUFICIENTE
Cuando nos comparan el valor calórico de un alimento con la actividad que deberíamos hacer para quemarlo se nos queda cara de asombro. Si vas a utilizar el entrenamiento para concederte caprichos asegúrate de que realmente has gastado tantas calorías como las que contiene ese "pedacito de tarta".
MALOS HÁBITOS EN LA MESA
Comer rápido y no masticar afectan directamente a la digestión, a la manera en que nuestro cuerpo gestiona la energía de los alimentos e incluso a la cantidad de alimentos que ingerimos.
Tu cerebro necesita tiempo para asimilar que has cubierto las necesidades de alimento y así emitir la señal de saciedad. Si comes muy rápido es muy probable que estés comiendo de más. Además el organismo se encuentra de repente con una cantidad de energía incapaz de gestionar y se verá obligado a convertirlo en grasa.
COMER TRITURADO
Siempre nos han dicho que hay que comer 5 piezas de fruta/verdura al día. Es cierto que la moda de los smoothies nos facilita el consumo de fruta y verdura pero tengo que decirte que no es lo mismo comer que beber. Bebiendo la sensación de saciedad disminuye lo que hace que comamos más. Triturar un alimento aumenta su índice glucémico, es decir hace que el organismo dispone de su energía de golpe y no le da tiempo a consumirlo.
ENSALADAS
Asociamos las ensaladas con un plato ligero. Efectivamente lo puede ser, sin embargo abusando de ciertos ingredientes (quesos, embutidos, picatostes...) y aliños lo puedes convertir en un plato cargado de calorías y grasas.
CONSTANCIA
Dos días haciendo las cosas bien y ya queremos ver resultados. Otro de los errores más comunes son las prisas, si los resultados no llegan rápido la motivación se pierde y llega el abandono. Fija tu mirada a medio/largo plazo, con constancia lograrás tu objetivo.
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