Todos sabemos que una dieta saludable debe incluir frutas y verduras, sin embargo pocos se plantean cuál es la mejor manera de consumirlas. Aunque te pueda resultar sorprendente el valor nutricional y la forma en la que nuestro organismo gestiona su energía es diferente en función del tratamiento que le demos a la materia prima. Triturar, licuar, calentar, exprimir... tiene impacto en sus aportes.
Para entender los cambios que se producen en el alimento y su acción en el cuerpo, vamos a hablar de su composición.
AGUA: Dependiendo de la fruta y la verdura variará, en general podemos decir que el agua es el principal componente. Entre el 50-92%.
FIBRA: Aun siendo un componente que el cuerpo no es capaz de asimilar, su consumo es recomendable. Aumenta la sensación de saciedad, equilibra la flora intestinal, previene el estreñimiento y regula la liberación de energía de los alimentos. Esto último es muy importante para el control de peso, ya que evita que el cuerpo se encuentre de golpe con una cantidad de energía imposible de gestionar y lo almacene como grasa.
GRASA: A excepción de algunas variedades (ejem: aguacate, coco o aceitunas), podemos decir que la frutas y las verduras tienen un aporte nulo de grasa.
AZÚCARES: En ausencia de grasa, los principales responsables de la carga calórica de las frutas y las verduras son los azúcares. Se trata de carbohidratos de rápida asimilación. Lo que ocurre es que gracias a la combinación con la fibra, se equilibra la velocidad de liberación de su energía.
MINERALES Y VITAMINAS: Son micronutrientes esenciales para nuestro organismo, por eso es tan importante incluir de forma variada unas 5 piezas de fruta/verdura diarias.
Al convertir la pieza de fruta o el vegetal en líquido se desecha gran parte su fibra, las consecuencias son:
Convertimos el alimento en menos saciante.
Se concentran los azúcares y sin fibra no habrá forma de controlar la liberación de su energía, con lo cual pasará de golpe al organismo.
Un licuado contiene más piezas de fruta/verdura de las que consumiríamos al comerlas en su estado sólido. Por ejemplo para un vaso 250cl de zumo necesitaremos unas 3 naranjas.
Rapidez de consumo. Al beber eliminas la acción de masticar, con lo que estás reduciendo el tiempo que necesitas para tomarlo. Además, el hecho de masticar aumenta la sensación de saciedad.
Con todo esto no pretendo demonizar los zumos o licuados. Son una excelente fuente de vitaminas y minerales, y facilitan consumir fruta y verdura a muchas personas que de otra manera no lo tomarían. Sencillamente ten presente las frutas y verduras que incluyes en tu licuado, así tendrás mayor consciencia de lo que estás aportando. El momento de consumo es otro factor a tener en cuenta, por ejemplo después del entrenamiento te servirá para reponer líquidos, minerales y los niveles de glucógeno.
En el mercado encontrarás muchos productos elaborados "a base de fruta" o eso dicen... Porque la realidad es que la fruta empleada en su elaboración es mínima. Mermeladas, fruta en almíbar, zumos envasados o incluso las papillas de los más pequeños, van cargaditos de azúcares, así que evita o al menos restringe el consumo de éstos productos. Come fruta de verdad!! Preferiblemente en su estado natural, y si optas por tomarlo en zumo que sea hecho por ti mismo.
Me gusta decir que no se trata de alimentos buenos, sino de una buena alimentación. La porción, la frecuencia de consumo, el método de elaboración indicen directamente en la alimentación y todo ésto necesariamente tiene que ir vinculado a los requerimientos personales. Así que si quieres llevar un plan a tu medida enfocado a tu objetivo, no dudes en solicitar información del servicio personalizado. Yo misma haré una valoración de tu caso y diseñaré TU PLAN.