Las miradas se dirigen a la báscula. El peso es uno de los parámetros más populares a la hora de hacer una valoración del estado de forma, pero en realidad es un dato que tomado de forma aislada no aporta suficiente información. Hoy en día tenemos a nuestra disposición básculas de bioimpedancia, son mucho más completas que las tradicionales ya que nos permiten conocer los niveles de grasa, masa muscular, estructura ósea, hidratación, metabolismo basal... En definitiva, informan de la composición corporal y permiten tener una idea más clara de la situación de partida y hacer un buen seguimiento.
Hay personas con un peso normal que presentan un alto porcentaje de grasa, retención de líquidos y una mala distribución de masas. Estar delgado no significa estar sano ni tener una buena condición física, por eso planteo la cuestión: ¿Qué buscas, perder peso o perder volumen? Aunque pueda parecer que peso y volumen están relacionados no necesariamente es así. La grasa y la masa muscular tienen diferente densidad. Se ve claramente cuando comparamos un kilo de plumas y un kilo de plomo, pesando lo mismo las plumas ocupan mucho más espacio. Con la grasa ocurre lo mismo, ocupa cuatro veces más que el músculo, por eso dos personas con físicos muy diferentes pueden pensar lo mismo.
A veces el avance no se refleja tanto en la báscula como en la pérdida de volumen. Con un plan de alimentación adaptado y la incorporación de actividad notarás alivio de la retención de líquidos, disminución de la inflamación abdominal y reducción de los contornos. La obsesión con una bajada drástica y constante de peso te podría desmotivar, por eso es necesario que hagas un buen análisis. Deber ser capaz de detectar que la ganancia de masa magra puede compensar parcialmente el peso que has perdido en grasa, siendo la bajada total menos aguda de lo que esperabas.
Otra ventaja de perder peso de la mano de una mejora en la masa muscular es que los tejidos son órganos metabólicamente activos, es decir, necesitan calorías para funcionar. Con ello lograrás activar tu metabolismo, conseguirás que la quema de calorías en estado de reposo aumente.
Pasadas las Navidades llegan los buenos propósitos y las prisas por perder esos kilos que en muchos casos ha traído Papá Noel. Mi recomendación es que huyas de dietas milagro con las que sí, es posible que pierdas peso rápidamente pero que en poco tiempo recuperarás con el consiguiente efecto rebote. Sé paciente, haz una valoración general del estado y de la proyección futura que tiene en tu salud y en tu aspecto la incorporación de buenos hábitos. Buscamos consolidar nuestro objetivo, para que no se vuelva efímero.
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