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Psicología para adelgazar


psicologia para adelgazar

Gasto calórico, balance energético, grasa corporal, macronutrientes, ejercicio cardiovascular, carbohidratos, rutina de entrenamiento… Normalmente cuando nos planteamos adelgazar salen todas estas cuestiones. No prestamos atención a nuestros pensamientos y emociones, sin embargo juegan un papel fundamental. Hay pensamientos que boicotean tu objetivo de adelgazar.


Existe una estrecha relación entre pensamiento, emoción y acción. Si pretendemos cambiar nuestra forma actuar debemos comenzar por cambiar nuestra forma de pensar. Consiste en dar nuevos significados (positivos) a todas aquellas conductas que a día de hoy suponen esfuerzo, pereza o sacrificio. Se trata de “hacer click” para que disfrutes en todo momento del proceso. Así adelgazar será consecuencia de un cambio más profundo en tu forma de pensar, de sentir y finalmente de actuar.


PENSAMIENTO ADAPTATIVO

¿Has oído hablar del pensamiento adaptativo? Se trata de todos esos conocimientos y conceptos adquiridos desde la infancia fruto de nuestro entorno social, cultural y de nuestras experiencias. Sobre ellos basamos nuestras reacciones, acciones y decisiones. Incluso nuestros gustos y preferencias no son aleatorios y fruto del azar, sino que están condicionados por ese subconsciente aleccionado a lo largo de los años. Digamos que es el “software” que cada uno tenemos instalado en nuestras cabecitas.


A menudo la gente me comenta… “Jo, qué fuerza de voluntad tienes”, refiriéndose a la forma de alimentarme o a la vida activa que llevo. Ese comentario es síntoma de lo que para esa persona supone comer saludable o hacer ejercicio, pero desde luego para mí no es algo que requiera sacrificio alguno. Todo lo contrario… Me encanta!! Forma parte de mí, me hace sentir bien y disfruto muchísimo.



ESTAR A DIETA

Para la mayoría “estar a dieta” tiene carácter negativo. Se relaciona con restricción, aburrimiento, hambre, ansiedad, comida sosa e insípida… Se asume como un periodo de tiempo limitado en el que lo pasarás mal para lograr el objetivo marcado. Cambia esa idea!! Piensa en adquirir y mejorar tus hábitos y vincúlalo a conceptos positivos... Así, te resultará mucho más fácil.


La falta de referentes positivos hace que al principio esas decisiones resulten algo forzadas. Pero a base de repetir y ver cómo esos comportamientos te sientan bien, esas acciones comienzan a ser naturales para ti. Digamos que lo conviertes en rutina y tu pensamiento adaptativo cambia. Por ejemplo, el ejercicio deja de ser sacrificado para ser divertido, dejar de ser cansado y se convierte en la chispa que te activa.


SENTIMIENTO DE CULPA

El sentimiento de culpa es otro lastre que arrastramos por el intento de seguir a pies juntillas una estricta dieta. La exigencia máxima lleva a la frustración, y la frustración al abandono. La perfección es imperfeca, la vida no es lineal, nuestro estado emocional no siempre es el mismo... Si en un momento dado te concedes un capricho, disfrútalo.


Se trata de normalizar tu relación con la comida. Ser capaz de disfrutar comiendo bien y también cuando decides darte un capricho.


SÉ TU AMIGO Y NO TU ENEMIGO

Háblate con cariño, desde el respeto, tal y como te gusta que los demás se dirijan a ti. A veces somos crueles con nosotros mismos y poco a poco vamos mellando nuestra autoestima. Es saludable tener ambición por mejorar, pero sin ser destructivo. Poniendo en valor lo bueno que tienes y aquello que has logrado. Traza un camino lleno de pequeñas acciones que te hagan sentir mejor y que finalmente te lleven a tu objetivo.




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